Acerca la editorial

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Con más de setenta títulos publicados desde su fundación en 1995, Taller Ditoria es resultado de un ejercicio singular en el ámbito de la edición, no sólo por la calidad de sus contenidos literarios y nómina de autores, sino también por sus resultados estéticos y formales: libros enteramente artesanales desde la tradición tipográfica. Libros de artista cuyos textos son formados en tipos móviles e impresos en prensa plana Chandler & Price 1899 –La Toñita–, así como cosidos y encuadernados en rústica a mano; cada título con su diseño propio, en tiraje reducido. Taller Ditoria es dirigido por su fundador, el pintor y editor Roberto Rébora. Jorge Jiménez, quien lo ha acompañado en la aventura desde el inicio, es el maestro tipógrafo y encuadernador que materializa el diseño concebido para cada obra por publicar. La impresión está a cargo de Gilberto Moctezuma, junto con La Toñita. Luz de Lourdes García Ortiz, editora, se encarga de cuidar las ediciones y de otras labores que atañen a la editorial. Taller Ditoria es un espacio de experimentación formal riguroso, animado por el intenso gusto de realizar ediciones de características propias.

Cuando llegue el día, cuando llegue,
de presentar al Hacedor algún mérito simpático
por ver si evade uno el sheol,
usted ¿qué presumirá?

Gerardo Deniz, Cubiertos de una piel (México, Taller Ditoria, 2002)

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En memoria del poeta, en su cuarto aniversario luctuoso (Madrid, 14 de agosto de 1934-Ciudad de México, 20 de diciembre de 2014)





Cierro los ojos. Estoy otra vez en medio de un paisaje silencioso, mojado, inmerso en la neblina espesa. Camino, despacio. Apenas distingo un par de haces luminosos: a lo lejos, un coche circula. Solitario. Abro los ojos. Hoy es jueves. Noruega está mojada. Huele a leña.

Ana Luisa Rébora, El fuego y el hielo / Ild og is (edición bilingüe español-noruego; poemas: Argel Corpus, Jorge Esquinca, Kristin Holteng; apuntes: Ana Luisa Rébora; ensayos: José Luis Sánchez Rull, Javier Ramírez, Felipe Covarrubias; comentario crítico: Ole Doerje; fotografía de obra: Carlos Díaz Corona; impresión de obra: José Gutiérrez Juárez; ilustraciones de portada y portadilla: Ana Luisa Rébora; México, Taller Ditoria, 2014)


  

 





Hay una sed, es cierto, que se atiza
con cada trago de la noche desplomada,
como un telón de terciopelo hipócrita,
como un acento
grave
parapetado en la pronunciación.

Julio Trujillo, Sobrenoche (México, Taller Ditoria, 2005)











barre, Kazán, barre mientras me acostumbro a reír (flor, natural) oyéndote barrer, viendo oscilar el ruedo de tu faldón de regastado yute, de kalpa en kalpa oscilando.

José Kozer, 22 poemas (ilust. Germán Venegas, México, Taller Ditoria, 2007)












Me cuenta que se lanzaba voraz,
atrevido, tigre de múltiples fauces,
él, gran pulpo renombrado, y ella, astuta,
retrocediendo cual ratonsucho a su escondrijo.

Mónica de la Torre, Acúfenos (ilust. José Ignacio Solórzano Jis, México, Taller Ditoria, 2006)




Me toca ser el padre y la diáspora

también el cometa errabundo
que revienta al aire cristalino

Argel Corpus, Paternidad (México, Taller Ditoria, 2016)






¿Y la ascensión
                            fue a través del blanco?
Y esos colores
alegres y nostálgicos
                          ¿Acaso son
                                              punto de fuga del alma:
restos de geometría?

Daniel Bolado, De cómo introducir un cadáver en un bolsillo (ilust. Roberto Rébora, México, Taller Ditoria, 2010)








Uno se va sentado
de tanto andar de pie sobre la pena,
y nos lloramos ante el espejo
como si nos hubieran fusilado
de tarde en tarde en el periódico

Juan Bautista Villaseca, Diario para María Azahar ~ Canciones para una sorda (México, Taller Ditoria, 2013)





En ce moment, je m’étonne que je hésite tant à s’éloigner de ses affaires personnelles quoique, j’en conviens, le chien de l’âme décuple nos forces, d’instinct sait où chercher. II chante haut et fort, plus fort encore. Au milieu des oeuvres complètes, dans toutes les langues qu’on a parlées, sur les quais de métro, devant la mer, le chien de l’âme vise obstinément les plus hautes notes.

*

En este momento, me asombra que yo dude tanto en alejarse de sus asuntos personales aunque, lo admito, el perro del alma incrementa nuestras fuerzas, por instinto sabe dónde buscar. Canta alto y fuerte, y más fuerte aún. En medio de las obras completas, en todas las lenguas que se han hablado, en los andenes de metro, frente a la mar, el perro del alma apunta con empeño a las más altas notas.


Nicole Brossard, Lenguas oscuras / Langues obscures (trad. Joëlle Guatelli-Tedeschi y Verónica Martínez Lira, introd. Luis Alberto Ayala Blanco, ilust. Nuria Masana, México, Espejo de viento-Taller Ditoria, 2017)




Mientras uno espera algo que no llega, un autobús o el cumplimiento de una esperanza, la demora se hace más tolerable si entre tanto se acepta mirar el mundo. Aunque en tantos pormenores nos defraude, puede ofrecer involuntariamente algo grato, el color del cielo, el vuelo de los pájaros, lo curioso de algún humano.

Ida Vitale, El abc de Byobu (ilust. Roberto Rébora, México, Taller Ditoria, 2004)




a los que a veces
y ahora
voces
les dicen pero
ya ni oyen

Enrique Fierro, Margen ~ Llamar a capítulo (México, Taller Ditoria, 1997)








Gentil, la eternidad parece frágil,
nos cede eternidad.
                                  Así, leyenda.

Ida Vitale, Jardines imaginarios (ilust. Roberto Rébora, México, Taller Ditoria, 1996).







En los transportes amorosos, en la conversación con la amada, en sus favores que recibes, incluso en los últimos, tú vas más bien en pos de la felicidad que el de experimentarla; tu agitado corazón no deja de sentir una gran carencia, un no sé qué mucho menor a lo que esperabas, un deseo de alguna cosa, mucho más. Los mejores momentos del amor son los de una melancolía dulce y serena, en los que lloras sin saber por qué y con calma te resignas a una desventura desconocida. En ese reposo tu alma se siente menos agitada, casi plena, y casi disfruta de la felicidad. [...] Igual que el amor, el estado del alma más rico en placeres e ilusiones, en su mejor parte, el dolor es el camino más directo para el placer y una sombra de felicidad. (27 de junio de 1820)

Giacomo Leopardi, Sobre el amor / Antología del Zibaldone (1820-1827) (trad. Guillermo Fernández, introd. María Teresa Gerard, ilust. Edvard Munch, México, Taller Ditoria, 2009).