Alma antigua
Ana Luisa Rébora
Creo poder describir el dolor. Lo he conocido como una
explosión de colores: rojo grana, naranja vivo, magenta. Pero me resisto
todavía a sus vaivenes constantes, que son como olas de océanos bravos en pleno
furor. Para resistirlo no me ha sido suficiente haber aprendido a hablarle de
tú sin importarme que sea un caballero conquistador de cuerpos, de almas.
Dolor que no cesa, dolor que me sitia. Hoy se me ocurre, a
mí que soy pintora, abrir la fantasía. Escojo mi pincel más fuerte; con él
acaricio el lienzo, con él atempero la dolorosa explosión de colores, con él
suavizo los tonos. Hago de éste un momento de meditación, de recogimiento, sin
que mi cuerpo dolorido deje de pulsar con el pincel. Me convierto, entonces, en
mujer que corre con lobos, y me alejo cuanto antes de mi miedo, de mi
cobardía, de mi dolor.
Porque soy más que cuerpo.
Ceiba de grandes raíces.
Alma antigua.
Eternidad por el poder de mi vínculo con Dios.
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Ana Luisa Rébora, El
fuego y el hielo / Il og is, México, Taller Ditoria, 2014.