O cambia de bando:
según las cuotas de barbarie,
la burda doctrina de los sentimientos,
el cálculo de cuántos ricos
por cuántos pobres,
por cuánta humildad al final,
cuando de veras
haya que dar la vida por algo
y sea menos cierto el rumor
de que nadie tiene derecho a matar,
pero algunos el compromiso
(histórico, entiéndase)
de morir, eso sí
cuán luminosamente.