Sal sonora
Ruidos ingratos de la ciudad,
un auto pasa pero no pasan ellos
porque otro suma lo insoluble.
Lejos o cerca, todo busca
integrar el ultraje sonoro.
Un grajo grazna su reclamo.
El ruido tiembla, árbol arriba,
alto brota en el farol del día
o cae sumando su redoble
a la emisión que nos persigue,
aura sonora que, invisible,
como a una planta herida viene
con su venda de sal a atarnos.